Emociones

Hoy en día, es ampliamente reconocida la relevancia de cultivar la inteligencia emocional desde la infancia, para que los niños alcancen un desarrollo integral. Este proceso comienza desde la etapa de bebés, donde es crucial brindarles seguridad y afecto para promover un crecimiento emocional equilibrado.

Establecemos vínculos afectivos entre el bebé y nuestro equipo, acompañándolos durante su primera separación de la figura de apego principal, generalmente la madre.

Alrededor de los dos años, nos marcamos varios objetivos para cultivar la inteligencia emocional en nuestros niños:

  • Animarles a expresar sus emociones, tanto positivas como negativas; verbalizarlas les ayuda a comprenderlas y a aprender a manejarlas.
  • Fomentar un sentido de orgullo por sus logros.
  • Estimular las relaciones de juego con sus compañeros.
  • Apoyarles en la construcción de una autoimagen positiva.
  • Y otros objetivos adicionales.

 

Desde los 3 años, introducimos la práctica de Mindfulness, una herramienta que les enseña a reconocer y comprender sus emociones, mejorar su concentración y aumentar su autoconfianza. A través de la atención plena, les proporcionamos diversas técnicas para gestionar emociones negativas, ayudándoles a superar miedos, tolerar la frustración y enfrentar la adversidad.